El proyecto en cuestión era una nueva App institucional. Un soporte de comunicación con diseño aprobado, funcionalidades definidas y equipo técnico listo para avanzar. Todo estaba encaminado. Hasta que alguien —con valentía— preguntó si realmente sabíamos para qué lo hacíamos. Y el silencio que siguió fue más claro que cualquier argumento.
El entusiasmo puede ser una trampa
A veces, en el afán de innovar, de “hacer algo ya”, de mostrar movimiento, se toman decisiones sin haber hecho las preguntas básicas. ¿Cuál es el objetivo real? ¿Qué problema queremos resolver? ¿Cómo vamos a sostener esto en el tiempo? ¿Quiénes van a estar involucrados?
“No se puede escalar una comunicación si no sabés a dónde querés llegar.”
Lanzar una App, abrir una cuenta de Instagram, rediseñar un sitio web… son acciones válidas, sí, pero solo si están al servicio de una estrategia. Si no, es como correr con los cordones desatados: podés avanzar rápido, pero lo más probable es que termines tropezando con vos mismo.
¿Cómo saber si hay que frenar?
No se trata de dudar de todo, ni de postergar decisiones indefinidamente. Pero sí de tener el coraje de frenar a tiempo cuando lo que falta no es ejecución, sino dirección.
Estas preguntas pueden ayudarte a detectarlo:
- ¿Sabemos exactamente qué buscamos lograr con este proyecto?
- ¿Hay indicadores que nos permitan medir si estamos avanzando bien?
- ¿Quiénes van a sostener esto dentro de seis meses?
- ¿Tenemos estructura y recursos para hacerlo escalar?
Si no podés responder con claridad, quizás sea momento de parar la pelota.
Volver a la raíz: objetivos, estructura, recursos
Una organización que se toma el tiempo de repensar, antes de seguir ejecutando, no pierde tiempo: lo gana.
Parar no significa retroceder. Es tomar impulso, con dirección clara. Y a veces, todo comienza cuando paramos.
¿Tu institución necesita frenar para repensar?
En un entorno donde todo empuja a avanzar, tener el coraje de decir “esperá, repensemos desde la raíz” es un acto de liderazgo.
Desde MOTS ayudamos a las instituciones a encontrar el eje estratégico de su comunicación, para que cada acción tenga sentido, impacto y proyección.