La trampa del silencio durante la gestión
En el mundo institucional, el tiempo entre que se inicia un proyecto y se obtiene un resultado puede ser largo. Pero si durante ese proceso no se cuenta nada, lo que ocurre es simple: se pierde visibilidad. O peor aún, en ese silencio, otros ocupan el espacio. La percepción pública se llena con suposiciones, rumores o, simplemente, indiferencia.
Por ejemplo, un hospital puede estar en pleno proceso de transformación digital, capacitando personal, actualizando sistemas, revisando protocolos. Pero si no comunica ese camino, el día que anuncie que ahora tiene historia clínica electrónica, será “una noticia más”. Se habrá perdido la oportunidad de mostrar gestión, compromiso y visión de futuro.
Contar el “mientras tanto” fortalece la confianza
“Cuando tu comunidad entiende el camino, valora más el resultado.”
Mostrar lo que se está haciendo, incluso si no está terminado, tiene un impacto directo en la percepción de gestión activa. Visibilizar avances, explicar decisiones, compartir alianzas o incluso contar dificultades, genera cercanía y credibilidad.
Tomemos el caso de una clínica que inicia una obra de ampliación. Puede esperar un año hasta cortar la cinta, o puede decidir comunicar cada etapa: planos aprobados, articulación con el municipio, llegada de materiales, cronograma de ejecución. Incluso puede compartir por qué se decidió ampliar, qué necesidades responde y cómo impactará en la atención.
Esa narrativa convierte una obra en un proyecto compartido. La comunidad siente que forma parte, entiende los tiempos y acompaña el proceso.
Qué contar y cómo hacerlo sin generar ruido
No se trata de publicar todo. Se trata de elegir bien qué comunicar, cómo y cuándo. Algunos contenidos útiles durante un proceso son:
- Avances concretos (sin prometer lo que no está confirmado)
- Articulaciones estratégicas (con gobiernos, otros actores del sector)
- Decisiones de gestión (por qué se eligió un camino y no otro)
- Participación del equipo interno (quiénes están involucrados)
- Expectativas realistas (qué se espera lograr y en qué plazos)
En cuanto a los canales, dependerá del público y del tipo de proceso. Las redes sociales pueden servir para mostrar el “día a día”. Los comunicados formales ayudan a explicar decisiones complejas. Las reuniones con referentes fortalecen la construcción de confianza.
El tono debe ser siempre claro, profesional y empático. Nada de triunfalismos vacíos ni tecnicismos confusos. Hablar con transparencia, pero con criterio.
Comunicar el proceso también es hacer gestión
Una buena comunicación no es un maquillaje que se aplica al final. Es parte del liderazgo. Ayuda a ordenar el relato institucional, a generar adhesión y a construir legitimidad.
Y sobre todo, permite que la comunidad vea no solo lo que lográs, sino cómo lo hacés.
Porque, al final del día, una institución que comunica bien su gestión en tiempo real no solo informa también educa, fortalece vínculos y construye reputación.
¿Tu institución está mostrando todo lo que hace?
Hablá con nosotros y empecemos a construir una estrategia clara, humana y profesional para visibilizar tu gestión mientras sucede.